El uso de suplementos alimenticios,
en especial por mujeres, se ha incrementado exponencialmente en los últimos
años; se estima que un 40% de la población adulta en países desarrollados
consumen suplementos alimenticios. La industria de estos productos se ha
desarrollado de manera importante y los negocios piramidales basados en el consumo
de ellos son los de mayor éxito a nivel mundial.
Pero ¿son buenos para nuestra salud?
¿podemos consumirlos libremente? A continuación algunos elementos y factores a
considerar antes de iniciar el consumo de los suplementos o complementos
alimenticios:
No sustituya su dieta por complementos alimenticios
De ninguna manera trate de sustituir
su dieta normal por complementos o suplementos alimenticios. Los complementos
alimenticios ayudan a proporcionar nutrientes esenciales pero nunca como lo
hace una dieta balanceada y normal a base de proteínas, vitaminas, grasas y
minerales provenientes de los alimentos.
¿Para qué se utilizan los complementos
nutricionales?
Nos pueden ayudar a asegurar que
tengamos una completa y correcta nutrición con los componentes esenciales para
que nuestro cuerpo funcione correctamente.
“Los
complementos nutricionales NO son medicamentos”
No cometamos el error de confundir
los complementos alimenticios con medicamentos.
El objetivos de éstos no es el de diagnosticar, prevenir o curar ningún
tipo de enfermedades. Los suplementos
dietéticos no tratan enfermedades ni curan ningún tipo de dolor.
¿Pueden ser peligrosos los complementos
nutricionales?
Si bien no existe mucha información, ni
a favor ni en contra, basada en estudios estadísticamente válidos que sean imparciales
y formales (la industria y tamaño del negocio a nivel global puede ser un
factor de la falta de datos), consideramos importante tener en cuenta que
cualquier complemento alimenticio puede ser peligroso cuando se maneja de forma
incorrecta; como podría ser:
1. Cuando se combinan suplementos
(algunos de ellos pueden tener reacciones químico-biológicas al combinarlos).
2. Usarlos en combinación con
cualquier tipo de medicamentos.
3. Remplazar medicamentos que el
médico ha recetado, por suplementos.
4. Exceder la dosis adecuada de
suplementos, más que todo en casos como el hierro y las vitaminas A y D.
5. Cuando se va a practicar una
cirugía.
Por lo general, en el caso de países
como Estados Unidos, los suplementos
alimenticios son revisados por la FDA antes de ser comercializados para
asegurarse que no vayan a ser dañinos. No se asegura su eficacia sino su
peligrosidad. Es conveniente que cualquier tipo de complementos dietéticos haya
sido revisado y probado.
Precauciones antes de comprar suplementos
alimenticios
1. Cuidarse de afirmaciones falsas
como ser “cura rápida y eficaz contra…”, “sirve para tratar tal o cual
enfermedad“, “no tiene efectos secundarios“.
2. No siempre el término natural
significa seguro. Muchas hierbas y componentes naturales pueden tener
ingredientes activos que pueden dañar la salud.
3. Procure que principalmente el
suplemento no lo dañe, independientemente de su eficacia comprobada.
4. Busque en la web en lugares reconocidos y de prestigio
como la fda.gov, ftc.gov, .nlm.nih.gov, medlineplus.gov/spanish.
Y los más importante:
5. Consulte siempre a su médico o nutricionista.
Profundizando en los suplementos
alimenticios
Los suplementos alimenticios están
constituidos por uno o varios nutrientes, los cuales se adicionan a la dieta corregir
o prevenir deficiencias de vitaminas, minerales y proteínas, ayudar en la
recuperación del paciente que sufre alguna enfermedad o ha sido sometido a
intervención quirúrgica, así como para mejorar el estado general de salud.
Aunque las necesidades nutricionales
de los seres humanos pueden ser cubiertas al seguir dieta balanceada, los
suplementos alimenticios son especialmente benéficos en las siguientes
circunstancias:
·
Desnutrición o deficiencia de
nutrientes que generalmente se asocia a dieta pobre en vitaminas, minerales,
proteínas, carbohidratos y grasas, alteraciones en el proceso de absorción
intestinal (capacidad de aprovechar los nutrientes), diarrea crónica y
enfermedades como cáncer o sida. Cabe destacar que hay periodos de la vida en
los que se tiene mayor predisposición a padecer desnutrición, como infancia,
adolescencia, embarazo, lactancia y vejez, siendo el primero el que puede dejar
severas secuelas, por ejemplo, disminución del coeficiente intelectual,
problemas de aprendizaje, retención y memoria, escaso desarrollo muscular e
infecciones frecuentes. Esto último representa una de las principales causas de
mortalidad, ya que el déficit de nutrientes altera las barreras de inmunidad
que protegen contra el ataque de gérmenes.
·
Anemia o disminución de los niveles
de hemoglobina en sangre (proteína que se encuentra en glóbulos rojos y
transporta oxígeno desde pulmones a todo el cuerpo a través de venas y
arterias), padecimiento que se origina por alimentación deficiente en hierro,
ácido fólico y vitamina B12, así como por hemorragias o alteraciones en el
funcionamiento de órganos como bazo (alojado atrás del estómago) o médula ósea
(tejido de aspecto viscoso amarillento que se encuentra en el interior de los
huesos).
·
Como apoyo en el tratamiento de
anorexia y bulimia, pues los afectados por estas enfermedades requieren gran
aporte de nutrientes.
·
Alcoholismo, pues las bebidas
embriagantes suelen agotar las reservas de vitaminas y minerales.
·
Durante infancia y adolescencia, pues
en estas etapas se necesita mayor aporte de nutrientes debido que el organismo
se encuentra en desarrollo.
·
En la senectud, ya que al envejecer
disminuye el consumo de alimentos y la capacidad de absorber nutrientes, además
de que hay dificultad para masticar; asimismo, con el paso del tiempo el
metabolismo (proceso que permite asimilar adecuadamente vitaminas, minerales,
proteínas y grasas) se hace lento, lo cual ocasiona que las exigencias
calóricas sean menores.
·
Convalecencia.
·
Después de intervención quirúrgica.
·
Durante el embarazo y lactancia
debido a que se requieren más nutrientes que contribuyan al adecuado desarrollo
del bebé.
·
En la menopausia es recomendable
administrar suplementos de calcio y multivitamínicos, ya que pueden prevenir la
aparición de osteoporosis y mejorar las condiciones nutricionales de la mujer.
·
Al practicar actividad física
intensa.
¿De qué están hechos?
Los suplementos alimenticios
contienen gran diversidad de ingredientes, los cuales pueden estar presentes en
forma de concentrados o extractos, y son ofrecidos en cápsulas, comprimidos,
grageas, píldoras, gránulos, tabletas, polvo, líquidos o inyecciones. Los
elementos que comúnmente contienen sus formulaciones pueden agruparse de la
siguiente manera:
Vitaminas. Micronutrientes que le permiten al organismo
realizar sus funciones y mantenerse sano, los cuales son indispensables para
que metabolismo, desarrollo y crecimiento del cuerpo sean normales. Se
clasifican en dos grupos: solubles en grasa (liposolubles: A, D, E, y K) y
solubles en agua (hidrosolubles: B1, B2, B5, B6, B8, B9, B12 y C); hay otros
nutrientes que no son considerados vitaminas por algunos especialistas; sin
embargo, otro sector sí las denomina de esta manera y las reconoce como B13,
B15, B17, colina, paba, T, P y U.
·
A.
Se encarga de proteger la piel, interviene en el proceso de visión y participa
en la elaboración de enzimas (sustancias que aportan cambios químicos) en
hígado y hormonas sexuales.
·
B1 (Tiamina). Es importante para el buen funcionamiento del
sistema nervioso y cerebro, así como para disminuir los efectos de la resaca o
cruda.
·
B2 (Rivoflavina). Indispensable para la obtención de energía,
crecimiento y regeneración de tejidos; alivia calambres musculares y disminuye
fatiga física e intelectual.
·
B3 (Niacina). Protege de trastornos en la circulación sanguínea
y permite desempeñar correctamente las funciones intelectuales.
·
B4 (Adenina). Estimula la formación de glóbulos blancos.
·
B5 (Ácido
pantoténico). Interviene en el metabolismo de una
sustancia encargada de la memoria y concentración (acetilcolina), reduce el
estrés y ayuda en la relajación.
·
B6 (Piridoxina). Esencial para el buen funcionamiento del cerebro,
regularizar el sistema nervioso y favorecer el metabolismo de proteínas.
·
B7 (Colina). Evita que las grasas se acumulen en los órganos.
·
B8 (biotina). Necesaria para la formación de células nerviosas
y aliviar el estrés y dolencias hepáticas (en hígado).
·
B9 (ácido fólico). Indispensable en la producción de glóbulos rojos,
previene malformaciones congénitas, regenera células y permite que genitales y
sistema nervioso se mantengan en buen estado.
·
B12 (Cobalamina). Tiene como principal función la regeneración de
la médula ósea y glóbulos rojos; es imprescindible en la formación del ADN
(ácido desoxirribonucleico), favorece la memoria y controla la irritabilidad.
·
B13 (ácido orótico). Se sabe que participa en el metabolismo
(proceso químico que permite el aprovechamiento de nutrientes) del ácido fólico
y vitamina B12, además de prevenir problemas en hígado y envejecimiento
prematuro.
·
B15 (ácido pangámico). Tiene efecto antioxidante (reduce ciertas
reacciones químicas destructivas, conocidas como oxidaciones), facilita la
absorción del oxígeno en todos los tejidos, estimula las respuestas del sistema
inmunológico (aquel que nos previene del ataque de virus y bacterias), protege
al organismo de cirrosis, baja los niveles de colesterol en sangre, controla el
deseo de beber alcohol y prolonga el promedio de vida de las células.
·
B17 (aetrile). Se cree que su deficiencia ocasiona poca
resistencia al cáncer, además, se recomienda tomarla en muy pequeñas cantidades
porque una parte de su molécula es el conocido cianuro (veneno altamente tóxico
para el organismo).
·
Colina.
A nivel cerebral produce una sustancia que fortalece la memoria y participa en
la transmisión de impulsos nerviosos.
·
Paba (ácido paraaminobenzoíco). Contribuye en la
formación del ácido fólico y de proteínas, y se ha descubierto que ayuda a
mantener la piel en buen estado y a disminuir el dolor ocasionado por
quemaduras.
·
C (ácido ascórbico). Permite adecuada cicatrización de heridas,
favorece la absorción del hierro y protege a las células de las agresiones
externas.
·
D (calciferol). Se forma en la piel mediante exposición al Sol,
fija el calcio en huesos y previene caries dentales.
·
E(tocoferol). Impide la destrucción de células y permite la
regeneración de tejidos.
·
K.
También se le llama antihemorrágica porque es fundamental en el proceso de
coagulación de la sangre.
·
P.
Refuerza la acción de la vitamina C, tiene propiedades antihemorrágicas y
permite el buen funcionamiento de hígado y riñones.
·
T.
Se tiene poco conocimiento sobre todas las funciones de esta vitamina, pero se
sabe que interviene en la coagulación de la sangre, característica que la hace
útil para tratar anemia.
·
U (ácido
menínico). Se ha descubierto que es importante en el tratamiento de úlceras,
pues se encarga de proteger y mejorar el estado de las membranas mucosas de
estómago e intestino.
Minerales. Componentes inorgánicos de la alimentación, es
decir, se encuentran en la naturaleza sin formar parte de los seres vivos.
Desempeñan un papel muy importante en el organismo, pues son necesarios para la
formación de tejidos y hormonas, y participan en la mayoría de reacciones
químicas en las que intervienen las enzimas. Se dividen en tres grupos:
Macroelementos. Se miden en gramos y son los que el organismo
necesita en mayor cantidad; aquí se agrupan sodio, potasio, calcio, fósforo,
magnesio, cloruro y azufre.
Microelementos. Se requieren en menor cantidad y se calculan en
miligramos (milésimas de gramo); esta categoría abarca hierro, flúor, yodo,
manganeso, cobalto, cobre y zinc.
Oligoelementos. Se evalúan en microgramos (millonésimas de
gramo); incluyen al silicio, níquel, cromo, litio, molibdeno y selenio.
A continuación se describen las
características de cada mineral:
·
Azufre.
Es parte de la estructura de piel, uñas, cabello y cartílago; se encarga de
neutralizar sustancias tóxicas y ayuda al hígado en la secreción de bilis.
·
Calcio.
Es componente esencial de huesos y dientes, 99% se encuentra en ellos y el 1%
restante se almacena en los músculos, por lo que es vital para el desarrollo y
buena salud de estas estructuras. Además, participa en la coagulación de la
sangre y transmisión de impulsos nerviosos.
·
Cloruro.
Favorece el equilibrio de líquidos en el organismo, ayuda al hígado a eliminar
toxinas y es vital para la formación de ácidos en el estómago
·
Cobalto.
Interviene en la producción de glóbulos rojos.
·
Cobre.
Convierte en hemoglobina al hierro almacenado en el organismo y permite
aprovechar el que está contenido en los alimentos.
·
Cromo.
Colabora en la asimilación normal del azúcar al permitir que la insulina
-hormona producida por el páncreas- trabaje de manera correcta, al mismo tiempo
que regula los niveles de colesterol y participa en el transporte de proteínas.
·
Fósforo.
Es un elemento que junto con el calcio participa en la formación de huesos y
dientes; además, resulta esencial para transformar en energía los alimentos que
se consumen.
·
Flúor.
Previene la caries dental y fortifica los huesos.
·
Hierro.
Necesario para la producción de hemoglobina (sustancia contenida en el interior
de glóbulos rojos encargada de transportar oxígeno a la sangre) y mioglobina
(oxigena músculos). Es imprescindible para la correcta utilización de las
vitaminas del complejo B.
·
Litio.
Es fundamental para la regulación del sistema nervioso.
·
Magnesio. Permite la correcta asimilación de calcio y
vitamina C, el buen funcionamiento del sistema nervioso y aumenta la secreción
de bilis (favoreciendo con ello la digestión de grasas y eliminación de
residuos tóxicos); asimismo, ayuda a que disminuyan problemas cardiacos e
interviene en el proceso de contracción y relajación muscular.
·
Manganeso. Se encarga de activar las enzimas que participan
en la formación de las grasas y contribuye en el aprovechamiento de las
vitaminas C, B1, y B8.
·
Molibdeno. Ayuda a prevenir anemia y caries dental.
·
Níquel.
Permite el buen funcionamiento del páncreas.
·
Potasio.
Se encarga de fortalecer la actividad de los riñones al estimular la
eliminación de toxinas a través de la orina, y del almacenamiento de
carbohidratos y su posterior transformación en energía. También ayuda a
mantener ritmo cardiaco adecuado y presión arterial en niveles normales, y es
esencial para la transmisión de todos los impulsos nerviosos.
·
Selenio.
Tiene propiedades antioxidantes, lo cual le da la capacidad de prevenir el
envejecimiento prematuro y cáncer. Es útil en el tratamiento contra la caspa y
mantiene en buen estado al hígado, corazón y órganos reproductores.
·
Silicio.
Ayuda a asimilar el calcio, formar nuevas células y nutrir tejidos.
·
Sodio.
Se encarga de regular el reparto de agua en el organismo, interviene en la
transmisión de impulsos nerviosos a músculos y participa en el proceso
digestivo.
·
Yodo.
Es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, ayuda al
crecimiento, mejora la agilidad mental, quema exceso de grasa y permite el
desarrollo de uñas, cabello, piel y dientes.
·
Zinc.
Resulta vital para el crecimiento, regula el desarrollo sexual, epidérmico y
capilar, y es necesario para la producción de insulina (hormona que se encarga
de mantener los niveles de azúcar en sangre en rangos normales).
Proteínas. Crean células y tejidos, intervienen en
reacciones químicas como la digestión o transportación de oxígeno, permiten el
movimiento de los músculos e incluso tienen actividad hormonal.
Ácidos grasos. Entre ellos se encuentran los denominados omega 3
y 6, que previenen la formación de coágulos en la sangre, ayudan a regular la
presión sanguínea y disminuyen los niveles de triglicéridos (tipo de grasa que
se forma en el organismo); asimismo, aumentan la flexibilidad de las arterias y
activan el proceso antiinflamatorio, el cual reduce el riesgo de padecer
artritis, cáncer, psoriasis, diabetes y trastornos de las células.
Aunque los suplementos alimenticios
son buena alternativa para mejorar las condiciones nutricionales, es
fundamental que la dieta siempre contenga los siguientes grupos de alimentos:
Cereales y legumbres. Son la fuente más importante de carbohidratos y
proteínas de origen vegetal.
Verduras. Aportan vitaminas, sales minerales y fibra.
Frutas.
Su consumo permite que el organismo obtenga vitaminas, minerales, fibra y
azúcares.
Lácteos.
Alimentos ricos en calcio, magnesio y proteínas.
Cárnicos (carnes). Contienen proteínas, grasas y minerales.
Grasas y azúcares. Son fuente de energía y aportan proteínas, pero
su consumo debe ser moderado.
Como puede ver, cada nutriente cumple
con funciones determinadas y no hay uno más importante que otro, por ello, es
preciso incluirlos a todos en la dieta diaria mediante el consumo de los
diferentes grupos de alimentos. Asimismo, considere que los suplementos
alimenticios pueden ser un apoyo, pero no deben administrarse en exceso porque
podrían ocasionar efectos tóxicos al organismo.
Consulte a su médico.
Fuente: saludymedicinas.com.mx
Muy buena información, además de importante. También es importante recordar que muchas veces los alimentos nos dan el RDA (Requerimento Diario Adecuado) de las vitaminas y minerales que necesitamos, y no es necesario que consumamos de más, ya que una hipervitaminosis puede llevar a consecuencias graves y los suplementos en vez de ayudarnos solo nos perjudicarán. Si tiene una necesidad en particular, pregunte a su nutriólogo con qué alimentos puede complementar su dieta para hacerla más rica en algún mineral o vitamina, así mismo se puede consultar el Sistema Mexicano de Equivalentes que da también algunos de las vitaminas y minerales que los alimentos son ricos en y siempre tener en cuenta el plato del bien comer para llevar una alimentación balanceada.
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